Por Desirée Chaure*
También conocido como Sambong, Jeong Do-jeon (정도전, 1342-1398) fue un filósofo confuciano y político, considerado el ideólogo de la política dominante durante la Dinastía Joseon, la cual rigió por más de 500 años en Corea. Se desempeñó como consejero del rey Taejo, nacido Yi Seong-gye (이성계, 1335-1408), líder militar y fundador de la Dinastía Joseon.
A pesar de provenir de una familia noble, luego de la muerte de su padre su familia quedó en la pobreza. Esta experiencia marcó la vida de Jeong Do-jeon, quien logró hacer frente a las dificultades, aprobar el examen del servicio civil y convertirse en estudiante de grandes pensadores de la época, como Yi-saek y Jeog Mong-ju.
Seguidor del neo confucianismo proveniente de la escuela china de Cheng Zu, escribió varias piezas literarias y de filosofía política, donde expresaba su visión de un nuevo Estado que apreciara el confucianismo y forjara una mayor conciencia social.
A finales del siglo XIV la dinastía Goryeo (고려, 918-1392) entró en decadencia, afectada por una crisis económica, la desigual distribución de la tierra y un sistema monárquico budista que mostraba una profunda corrupción: los monasterios budistas estaban excluidos del pago de impuestos y muchos monjes poseían tierras, esclavos y un poder similar al de los altos cargos en la corte.
Los neo confucianos rechazaban el budismo al considerarlo un exceso. Argumentaban que las prácticas budistas eran nihilistas, antisociales y evitaban enfrentarse al mundo real, conllevando al pueblo a no respetar las normas sociales y a descuidar la importancia de cultivar el propio carácter. Los eruditos posteriores alegaron que el patronazgo gubernamental excesivo y los privilegios individuales eran perjudiciales para el bienestar estatal, y que la autoridad política debía asignarse en base al mérito y no al estatus social.
Como consecuencia de las problemáticas de Goryeo, los neo confucianos se unieron a los rebeldes liderados por Taejo, quien en 1392 fue proclamado rey, incorporando asesores confucianos en su gabinete y otorgándole el puesto de primer ministro a Jeong Do-jeon. Al año siguiente de su designación, presentó el Bulssi japbyeon (불씨잡변), una colección de críticas contra el budismo.
En sus escritos, Jeon Do-jeon planteaba un Estado ideal confuciano, con un gobierno próspero orientado hacia el pueblo y un fuerte ejército; es por ello que ayudo a reformar la propiedad de la tierra y privó a los aristócratas de poseer su propio ejército.
Siguiendo las enseñanzas de Mencio, el más famoso filósofo confuciano chino, intentaba construir un gobierno desde la benevolencia y no la fuerza, y valoraba a la virtud frente a la coerción como la única opción para ganar el corazón del pueblo. La legitimidad provenía del servicio público benevolente: “si el gobernante actúa con el corazón y sin dañar a otros, el pueblo se regocijara y lo verá como un padre. El Pueblo es la base de la Nación y el Cielo del gobernante, por lo cual el rey debe mostrarle respeto”.
Jeon Do-jeon proclamaba una responsabilidad compartida entre el rey y sus súbditos, y consideraba importante el entendimiento de la situación política para incrementar el poder estatal, mantener un fuerte liderazgo y la unidad nacional. Afirmaba que sólo los líderes que equilibran su poder y poseen una visión a largo plazo logran sus ideales políticos.
En 1395 escribió Gyeongguk daejeon (경국대전), el primer código legal aplicado como estatuto básico durante Joseon, donde se estipulaban los deberes de cada órgano administrativo: Gobierno, Impuestos, Ritos, Administración, Justicia y Manufacturas. Asimismo, detalló los deberes y la actitud mental que debían poseer los oficiales gubernamentales, dando ejemplos de hechos reales acontecidos en China y Goryeo.
La función del primer ministro era asistir al rey, mientras que los asesores se encargaban de controlar y supervisar a la burocracia. El Inspector General, por su parte, era el encargado de investigar y acusar a los oficiales corruptos.
El código analizaba la sociedad en base a tres clases: la baja compuesta por agricultores y artesanos, la media compuesta por eruditos y estudiosos, y la alta correspondiente a los burócratas, quienes administraban el Estado. Todos aquellos fuera del sistema, como monjes y chamanes, eran vicios que amenazaban la sociedad.
Junto a Jeong Chong realizó una compilación de 37 volúmenes sobre la historia dinástica Goryeo e impulsó el establecimiento de la Real Academia Confuciana, Seonggyungwan (성균관).
Sólo seis años después de la fundación de la nueva dinastía, Jeong Do-jeon fue asesinado por el príncipe heredero Yi Bang-won (이방원, 1367-1422), durante la primera disputa por la sucesión, ya que tanto Taejo como Jeong Do-jeon, favorecían a su medio hermano Yi Bang-suk (이방석, 1382-1398).
Hoy en día su historia sigue presente en la sociedad coreana, desde su vida plasmada en dramas televisivos hasta en la cultura corporativa, como es el caso del “Jeong Do Management” de LG.
Para el historiador Choi Sang-yong, en los momentos donde se da una lucha entre tradición y reforma, es necesario recurrir a un liderazgo sostenido en una filosofía fuerte y una estrategia que pueda llevarse a la acción, y éste conocimiento puede encontrarse en las enseñanzas de Jeong Do-jeon.
* Lic. en Relaciones Internacionales, Universidad del Salvador. Cursando la Maestría en relaciones internacionales, UNLP. Año de ingreso al CECor: 2017.